Quizás es difícil entender cuáles son los gastos que implica tener una discapacidad y hablo en términos económicos y de tiempo.
Un niño con necesidades especiales tiene que construir caminos para acceder a los derechos con los que nace.
Para asistir a la escuela debe modificar el material (que las integraciones no lo hacen y menos el Estado) y recae necesariamente en los padres y familia.
No todas las escuelas aceptan tener rampas y maestros de lenguaje de señas. Tampoco están preparados para ampliación de material y siquiera tienen una base informática acorde.
Las Obras Sociales a penas pueden brindar servicios básicos insuficientes para personas con enfermedades "comunes", otorgándo turnos que tardan como mínimo un mes y los profesionales no están preparados para las situaciones planteadas. De ahí surje el trabajo del adulto que busca, se informa, comunica y trata de generar un trabajo en conjunto con los intervinientes.
Para los padres mantener un hijo es tarea ardua, imaginen si ese chico además tiene una situación particular...
Las integraciones están planteadas para lucrar con la necesidad de los pequeños y no para dar respuestas a futuro. No sólo cobran los gastos a las Prepagas y Obras Sociales sino que también le exigen a los padres un sinfin de materiales y trabajo que no siempre pueden cubrir.
La respuesta del Estado sólo son $ 880 que en la falta de información, a la sociedad le resulta exagerado. Pero lo que debe pagarse mensualmente supera en cuatro veces, o a veces más, tal subsidio.
Sólo determinados médicos entienden las necesidades de cada uno de estos infantes. Falta difusión y comunicación, el miedo entorpece la voluntad de informarse y de explicar lo que verdaderamente pasa.
De ahí que la Obra Social de los discapacitados es nefasta y obsoleta, tiene gente que quiere mejorar la situación pero se encuentra en un nudo Institucional trabado por la gente que debería articularlo...
Hagamos un mundo para todos, entendamos que la discapacidad no es contagiosa y que grandes mentes pertenecen a este grupo.
El miedo, el desinterés y la codicia son los grandes enemigos del grupo más vulnerable.
Hagamos lo necesario para quitarle el rótulo de vulnerabilidad y marginalidad. Entendamos que la familia sin la sociedad no pueden traer igualdad.
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