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lunes, 16 de mayo de 2011

Estado, obras sociales sindicales, prepagas y programas de salud

El Estado promulga una suerte de discurso inclusivo, suena lindo y uno llega a creer que es así. Vemos a la presidente de la mano con Moyano y a los trabajadores pidiendo más.
Pero ¿qué esconde esta suerte de alianza?
Las obras sociales, en su mayoría sindicales, tienen la obligación de darle servicios a sus afiliados, que son los trabajadores del gremio correspondiente a sus actividades, para eso se les descuenta religiosa y mensualmente la suma de como mínimo el 3 % del sueldo ¡imaginen los ingresos de estas instituciones! No nos olvidemos que además de dicho aporte el trabajador sufre el descuento sindical obligatorio, que lo justifican mediante la suposición que los sindicatos velan por las necesidades de sus asociados.
Ahí viene la primer situación descabellada. 
Hoy en día, las familias ensambladas figuran como común denominador social. Cuando yo era chica, lo habitual era que los matrimonios duraran toda la vida, aguantando lo que fuera. Luego enmarcados en una teórica tolerancia, se supone que ni madres ni niños se ven afectados legalmente cuando tratan de buscar una vida mejor. Pero descubrimos que no es así, uno rehace su vida con la esperanza de encontrar la tan ansiada tranquilidad y vienen todos los problemas de una sociedad que castiga, aún en el siglo XXI, a las mujeres divorciadas y a los hijos que quedan en el medio.
El discurso es: "no dejes que te peguen, pedí ayuda, el Estado protege... Etc" pero la realidad marca otra cosa.
Cuando una pareja se va a vivir juntos, ambos son responsables de los pequeños. Deben darles de comer, mandarlos a la escuela, asegurar recreación saludable y lo más importante: son responsables de la salud. Ahora, imaginen que la mujer deja de trabajar para criar a los pequeños de ambos y a los que ella tuvo con su anterior matrimonio. Lo lógico es que su nuevo marido es responsable junto con ella de esos chicos, y de hecho lo es. Es quien se levanta a las noches cuando tienen pesadillas, es quien hace la tarea cuando se atrasan, los lleva al club, les compra revistas, les habla de la vida, etc. Pero el Estado y los sindicatos encontraron la vuelta de demostrarle a ese hombre que la sociedad sigue repudiando su accionar de padre de hecho y a esa madre el hecho de haber roto su familia anterior. 
No dejan que lo afilie a la obra social, y recuerden que la madre se quedaba en la casa para poder criar a los chicos. Entonces nos encontramos con una fisura dentro del seno familiar, los que tienen derecho a la obra social y los paria que no. ¡Y el Estado avala ésto!
Pero ahí no termina... La respuesta del gobierno y los sindicalistas es: "Los chicos tienen un padre, que se haga cargo él o su madre", como dijimos la mamá no trabaja y el padre desapareció. El pobre padre sustituto comenta la situación y nuevamente responden: "Hacé una tutela o guarda con vías de adopción" entonces el hombre se dirige a tribunales, a un juzgado de menores, para hacer el trámite y se encuentra con la última barrera y el señor del tribunal le dice: "caballero, estas criaturas tienen padre, no puede adoptarlas ni ser el tutor legal. El padre tiene derecho a conservar su patria potestad a pesar que no vea al nene y nada puede hacer usted porque ningún juez le quitaría tal derecho al progenitor, ya que puede redimirse y volver a cumplir su función". La pregunta es ¿acaso hay algún juez que agarre a los padres de las pestañas y los obligue a hacer su trabajo? Saben la respuesta: no, ¿por qué los padres tienen derechos y no obligaciones? ¿Cómo puede ser que el Estado avale una maniobra separatista de las Obras Sociales donde marcan la diferencia de hijos legítimos y extramatrimoniales? Se dan cuenta que estamos nuevamente en la edad media.
¿Cómo puede ser que los programas de salud destinados a los ancianos y discapacitados carezcan de respuestas y de estrategias para preservar la inclusión de estos sectores?  Me suena a Esparta, lo único es que en aquel país los tiraban a un pozo en vez de dejarlos sin atención... ¿Cómo puede ser que un Estado que se dice benefactor sea el propulsor de la exclusión social más cruel vista desde la Edad Media?
Quedó demostrado que tanto el Estado Nacional como cada gobierno provincial (incluyendo al del Gobierno de la Ciudad) encontraron la manera de implementar de hecho una política retrógrada de discriminación, haciendo factible con sus políticas de exclusión una "barrera" donde los "consumidores de insumos sanitarios" y quienes deciden amarlos quedan excluidos de la sociedad.
Esta es la Argentina que tenemos gracias a gente como Cristina y Macri. Dos caras de una misma moneda. Dos posturas políticas que apuntan a lo mismo.
Lo que no puedo creer es cómo lograron ambos generar un fanatismo en todos los sectores de la sociedad donde son defendidos a diestra y siniestra, sin entrar en razones de la crueldad que imparten.

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