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jueves, 5 de mayo de 2011

Mirar lo positivo ayuda mucho, probalo

Hace quince días un sentimiento de amargura y desesperación me inundó cuando mi nene comenzó a tener problemas en la escuela.
Me parecía injusto que él tuviera que atravesar una enfermedad incurable y además de eso que las maestras, directivos de la escuela y equipo de orientación escolar hicieran difícil su estadía en el establecimiento para obligarme a cambiarlo.
No entendía por qué el padre del nene tiene todos los derechos del mundo a pesar de no querer hacerse cargo de nada y tampoco estar presente cuando el nene lo necesita.
Pero en medio de esa tristeza me di cuenta que soy extremadamente afortunada... Cuando digo esto, lo digo en el sentido más puro de la palabra.
De pequeño yo le decía a Nahuel que como yo había sido muy buena Dios me dio un regalo maravilloso, a él.
Es cierto, el gordo tiene Sindrome de Stickler pero sólo tiene baja visión y si nos ponemos a evaluar la situación, con unos anteojos y toda su voluntad sólo requiere mínimos cuidados y tiene un desarrollo excepcional. En la escuela es uno de los mejores alumnos, tiene miles de amigos, es dulce y bueno, su corazón y su sentido de lo correcto está increíblemente sano y eso es lo que verdaderamente importa.
¡Qué pena que los adultos pertenecientes a la escuela no quisieron ser parte de la vida de semejante ser! Vuelvo a dar gracias a Dios por dejarme ser su mamá.
En cuanto al padre... Él se pierde de ver crecer y desarrollarse a mi nene, tiene la posibilidad de ser amado y la rechaza... Pero lo positivo en todo esto es que hace varios años que un ser especial vio el brillo en Nahuel y lo adoptó como hijo y hoy el nene tiene alguien que lucha para y por él, alguien que eligió ser parte de su vida, alguien que le enseña valores y lo acompaña en las situaciones desafortunadas y festeja los progresos, alguien que no ve obstáculos sino situaciones de aprendizaje... ¡Qué maravillosa es la vida!
Una enfermedad no es el límite de una persona ni la determina como tal. Va a llegar un momento en que padres y maestros se den cuenta que el valor de un pequeño no depende de su estado de salud.
Nahuel es un nene especial, pero no entiendan mal, no me refiero a que tiene "necesidades especiales", "capacidades diferentes"o "discapacidad", es un pequeño lleno de energía que entrena tres veces a la semana natación, va a la escuela y se desempeña de forma sobresaliente, es sociable y bueno, tiene un corazón de oro, es honesto, directo, brillante, tiene un potencial inmenso y es justo que se le permita desarrollarlo. 
Pero es sumamente necesario que se le otorguen las herramientas necesarias: una escuela que tenga la calidad humana y profesional que esté a la altura de su nivel (de ahí el cambio), un padre que vea el ángel que existe en su interior y luche a diario para darle lo que necesita y no "lo que puede" y seguir aprendiendo qué más se puede hacer para que logre todos sus sueños.
Por eso digo: piensen en positivo, en el momento de desolación no saben exactamente qué les depara el destino pero puedo asegurar que si hacen las cosas con buena intención, la consecuencia va a ser positiva necesariamente, todo efecto tiene una causa y lo único que debe hacerse para modificar una situación es ver la causa del efecto negativo y modificarla. Si tienen que tomar una decisión, sientensé, evalúen, no se apuren, pregunten, investiguen y pidan que todo sea para bien.
Mi experiencia personal fue clara y contundente: hace quince días atrás estaba mal porque maltrataban a mi hijo y nadie quería resolverlo. De hecho ese lugar sigue dirigido por los que avalan los abusos y no serán quitados de sus cargos pero ¿mi energía tiene que estar dirigida y ser utilizada en "castigar" o intentar explicar cómo deben tratar al prógimo o tengo que ver qué necesita mi pequeño y hacer lo imposible por dárselo? No fue demasiado difícil, yo creo que nada sucede en la víspera, hoy tengo posibilidades que en un pasado me eran impensadas. Doy gracias por eso y confío que cuando sea el momento estas personas (maestras, directoras, supervisoras, psicólogas, psicopedagogas y padre del nene) se van a dar cuenta que estaban equivocadas pero hoy agradezco poder darle al nene una herramienta fundamental para su desarrollo.
Si hubiese seguido la pelea, no habría tenido en cuenta la necesidad de Nahuel y habría gastado toda mi energía en el plano negativo.
Sé fehacientemente que hay batallas que son de uno y que hay cosas que se escapan de nuestras manos, de ahí es que hay que ponerlos a los pies del Dios que los cuida y pedir que él los guíe y los ampare. 
Hoy sólo doy gracias y sé que todo lo que pase es por una buena causa.
Piensen en positivo, no dejen que la adversidad (por más dolorosa que sea) les nuble el juicio. Sepan que todo tiene un lado bueno...

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