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domingo, 17 de abril de 2011

Conciencia Ciudadana

Habitualmente, en la vida, hay acontecimientos que están fuera de las normas de convivencia; entonces uno, por lo general, se dispone a protestar.
La gente tiene esta idea de que puede quejarse en familia, afligirse en lo más íntimo de su hogar y decir que nada tiene solución... Pero yo tengo una idea, se pueden usar los mecanismos de reclamo que existen para que, tanto los individuos, los organismos oficiales, las empresas privadas como todos los actores de la sociedad aprendamos a respetar las leyes y las normativas. También se me ocurre que podemos ser precursores de nuevos proyectos de leyes, tenemos la Constitución Nacional de nuestro lado.
Hay veces en que los intereses de varios sujetos se ven contrapuestos y ahí se genera el conflicto, pero para resolverlos sería interesante convocar a algún tercero que oficie de árbitro y que pueda hacer un análisis de lo que está permitido hacer por ley.
Cuando un chofer de colectivo no para ante la señal, o en vez de dejarte en la parada solicitada estaciona en cualquier lado menos en el lugar indicado, uno siempre insulta, al hombre no le interesa, y la tensión queda en el aire. Uno está acostumbrado a llamar al 0800 de la CNRT donde se sabe a ciencia cierta que nada van a hacer al respecto. El ánimo decae y decrece la confianza en los organismos de reclamo.
En el caso de los establecimientos educativos nos encontramos con docentes y personal directivo conscientes de la estabilidad de su puesto y la poca importancia que le dan a los reclamos en el Ministerio de Educación de la Ciudad, todo converge en padres pidiendo por favor que traten bien a sus hijos y "profesionales" que consideran que tienen más que libertad, anarquía en sus actos. Si total quejarse es exactamente lo mismo, pero tienen un argumento para aumentar la discriminación y violencia.
En la Ciudad de Buenos Aires contamos con una red de Defensorías, tanto para casos generales, como para Niñas, Niños y Adolescentes. 
Les propongo no tolerar más la violencia ni el autoritarismo, generar una sociedad mejor de verdadera inclusión, utilizar todos los mecanismos de reclamo existentes para exigir que se nos trate de una manera digna.
Parece que sólo algunos "privilegiados", amigos de amigos, pueden vivir de una forma mejor. Yo quiero poder respetar y que me respeten, que mi hijo aprenda valores de moral como le enseñaron los años anteriores en la escuela, antes que se contaminara de una conducción mediocre y autoritaria.
El Estado tiene que ver quiénes son los sujetos del poder y de determinados cargos, como el de conducción de una escuela primaria, tendría que ser elegida por los ciudadanos y no quedar frente al "amiguismo" ni a la política.
Es realmente seria la situación que atraviesa la Ciudad de Buenos Aires, llamo a los ciudadanos para que todos juntos tomemos una postura activa de mejora a nuestro hogar, formemos juntos un futuro próspero para nuestros hijos. Que no se pierdan los valores de igualdad, progreso y no violencia. Exijamos a las autoridades, elijamos con seriedad. Que no todo quede en propuestas.
Por último, hago incapié en la educación primaria porque es la cuna de los valores, los docentes del ciclo inicial y primario tienen la tarea más importante y de ahí es que deben ser sometidos a rigor mayor cuando se los evalúa, así mismo deben tener un salario acorde a la responsabilidad. Pero que quede claro, deben cumplir con la tarea de forma óptima porque en ellos descansa la formación de la nueva sociedad. Deben tener en cuenta que la tarea es grande y noble. Lo que abarca la disciplina docente va más allá de ser un "segundo hogar", son formadores de futuro y a mí personalmente no me gusta que los maestros, en su mayoría, se hayan olvidado cuál es su labor.
Obviamente hay muchos otros que quisiera quitar de esta bolsa, como la maestra que le enseñó a mi hijo que pegar es un acto de violencia y no debe ser realizado, que los hombres deben cuidar a las mujeres y que los más débiles deben ser ayudados por sus pares pero sin discriminación positiva. 
En siete años de escolaridad, mi pequeño sólo tuvo una maestra que no tenía idea cuál era su función (la de sala de 5) y luego de superada esa situación tuvo verdaderas profesionales hasta que se cruzó con este equipo directivo, que quede bien en claro que no fueron las maestras sino la directora, la vicedirectora y la secretaria.
Entiendo que las docentes a cargo de los cursos quedan subyugadas a las directivas de quienes están al mando, pero por eso creo que tiene que haber otro criterio para elegir quienes evitan que excelentes profesionales se dediquen a realizar su tarea con eficiencia y eficacia.
Usemos los mecanismos que tenemos para reclamo, propongamos nuevas instancias desde nuestro derecho. No todo se tiene que resolver con un "piquete".


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