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miércoles, 2 de febrero de 2011

Inseguridad y discapacidad.

En esta nueva entrada vamos a retomar el tema del Banco Nación pero relacionado a una situación que nos angustia al mundo.
No es secreto que hoy en día la inseguridad afecta a todos, ya no tiene uno que ganar fortuna para estar excentos del golpe traicionero de un ladrón. Hoy son capaces de robar absolutamente todo.
Cuando estaba casada tuve tres alianzas, todas ellas me las quitaron en un robo, pero lo peculiar fue la última... Mi anillo de matrimonio en primer lugar fue de oro, cuando lo perdí a punta de revólver compré uno de plata creyendo que tendría mejor suerte pero también me lo sacaron... Lo irónico es que yo creía que no tenía valor alguno en el marco económico pero un entendido del tema aseguró que podría cambiarlo por otras cosas. El tercer anillo ya era del famoso "oro peruano" comprado por $8 en una esquina de Liniers a un sudafricano que vino a probar suerte... Ahí dije: "Éste no me lo van a sacar" pero un día en la parada del colectivo vinieron dos chicos, me sacaron la cartera y me pidieron el anillo, les expliqué que económicamente era poco y que no les serviría pero me lo robaron igual.
Luego vecinos míos me comentaron que el Paco es muy barato y que por ese anillo consiguieron varias dosis de la droga.
¿Qué es lo que nos hace reflexionar la anécdota que les acabo de contar? Se me viene una idea inmediatamente: Ya nadie escapa a la inseguridad en el sentido que hasta el objeto menos valioso es sustraído violentamente, ya no buscan oro, celulares, billeteras, etc. ahora quieren cualquier cosa que pueda ser vendida. 
Ahora imaginen otra situación: tenemos una persona discapacitada yendo a cobrar su pensión en colas interminables en el Banco Nación sin seguridad y sin poder defenderse (como pasa con los jubilados) y son acechados por malvivientes, que son capaces de cualquier cosa por quedarse con lo poco que cobran.
¿Por qué las personas que cobran las pensiones no contributivas en el Banco Nación no tienen derecho a disminuir el riesgo de ser maltratados por el pequeño monto que cobran, que a su vez es el único ingreso? ¿No tendría que ser éste grupo el primero en ser resguardado? 
La medida anti inseguridad propuesta por el Estado es la de manejarse electrónicamente al realizar pagos y al no manejar efectivo disminuiría el riesgo de ser violentado por algún sujeto, me parece bien pensada, viable y que modificará la conducta delictiva necesariamente pero... ¿Por qué para el Banco Nación una persona en situación de cobrar una pensión no contributiva no tiene derecho a salvaguardarse de tamaño peligro? ¿Por qué quedan excluídos del plan de seguridad? ¿Necesitan tener un grupo vulnerable a quién robar y maltratar? ¿Es posible que el Banco y el Estado sean partícipes de la inseguridad y que protejan al grupo dominante pero para seguir manteniendo a los ladrones necesiten dejarles a su merced un grupo fácil de ultrajar y de esa manera conformar a los pilares de la sociedad? 
Lo irónico es que sólo hace falta la entrega de una tarjeta electrónica, que termina pagando el cliente, para disminuir el riesgo y aún así el Banco Nación la niega y el Estado Nacional no regula la situación.
La única conclusión que me merece el tema es que basados en la idea del "regalo" que implica por parte del Estado las pensiones no contributivas se justifica cualquier barbaridad. Lo que debe ser entendido es que no se trata de un obsequio sino de una discriminación y desigualdad. Las personas no tienen otro ingreso ni posibilidad que el cobro de dicho beneficio ya que son excluídos del mercado laboral, y ya eso es una situación violenta ¿también se tiene que soportar la discriminación de no tener una tarjeta de cobro y quedar expuestos a la inseguridad?
Reitero el pedido de igualdad...

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